El hormigón es uno de los materiales más utilizados en la construcción debido a su resistencia, durabilidad y versatilidad. Es una mezcla de cemento, agua, agregados y aditivos que se utiliza para crear estructuras sólidas y funcionales.

Sin embargo, existen diferentes tipos de hormigón dependiendo de su composición y uso, así como una amplia gama de aditivos que pueden mejorar sus propiedades.

En este artículo, hablaremos sobre los tipos de hormigón más utilizados en la construcción y los aditivos recomendados para cada uno.

Tipos de hormigón

Hormigón convencional. También, conocido como hormigón simple,  una mezcla de cemento, arena, grava y agua en proporciones adecuadas.

Se utiliza en la construcción de estructuras que no requieren una gran resistencia, como superficies para caminos, aceras y cimientos poco profundos.

Sin embargo, también puede ser reforzado con mallas o barras de acero para aumentar su resistencia.

Hormigón reforzado. El hormigón reforzado es similar al convencional, pero se le añade algún tipo de refuerzo que puede ser de acero, fibras de vidrio o polímeros.

Estos refuerzos aumentan la resistencia del hormigón y lo hacen ideal para la construcción de estructuras más complejas, como puentes y edificios de varios pisos.

Hormigón liviano. Este se obtiene sustituyendo parte de los agregados por materiales más ligeros, como arcilla expandida o poliestireno. Este tipo de hormigón es ideal para construcciones en zonas sísmicas, ya que su peso más ligero reduce la tensión en las estructuras.

Hormigón de alta resistencia. El hormigón de alta resistencia se caracteriza por tener una resistencia a la compresión mayor a 60 MPa. Se utiliza en estructuras que requieren una gran resistencia, como puentes, presas y rascacielos. Para lograr esta resistencia, se utilizan una mayor cantidad de cemento, agregados de alta calidad y ciertos aditivos.

Hormigón autocompactante. El hormigón autocompactante es un tipo de hormigón que se extiende por sí solo a través de la estructura sin necesidad de vibración. Esto se logra mediante la adición de aditivos superplastificantes que le dan al hormigón una consistencia más líquida.

Se utiliza en estructuras con formas complicadas y en lugares de difícil acceso.

Una vez que se selecciona el tipo de hormigón adecuado para una construcción en particular, es importante considerar qué aditivos pueden mejorar sus propiedades.

Aditivos para la construcción más comunes

1. Aditivos plastificantes
Estos aditivos son ideales para mejorar la trabajabilidad del hormigón y reducir su contenido de agua. Se utilizan en hormigones que requieren un mayor tiempo de manejo, como en climas calurosos, o en hormigones que necesitan ser bombeados.

2. Aditivos impermeabilizantes
Los aditivos impermeabilizantes reducen la porosidad del hormigón y evitan que el agua lo penetre. Se utilizan en estructuras que estarán en contacto con el agua, como piscinas o depósitos de agua.

3. Aditivos aceleradores y retardadores
Los aditivos aceleradores se añaden al hormigón para acelerar su tiempo de fraguado, mientras que los retardadores lo hacen más lento. Estos aditivos se utilizan en situaciones en las que se requiere un control preciso del tiempo de fraguado del hormigón.

4. Aditivos de aire
Los aditivos de aire se utilizan para incorporar pequeñas burbujas de aire en el hormigón, aumentando así su resistencia al agua y a los cambios de temperatura. Se utilizan en climas fríos y en estructuras expuestas a ambientes corrosivos.

En conclusión, el uso de los diferentes tipos de hormigón y aditivos en la construcción depende del tipo de estructura que se va a construir y de las condiciones ambientales en las que se llevará a cabo.

Por lo tanto, es importante tener en cuenta las propiedades y características de cada uno a la hora de seleccionarlos para garantizar una construcción sólida y duradera.

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